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jueves, 2 de agosto de 2012

Edificio Cruz del Sur - Santiago, Chile


El proyecto consiste en una torre de oficinas con placa comercial ubicada en el cruce de Av. Apoquindo, eje principal de Santiago, y Av. Américo Vespucio, anillo de circunvalación de la ciudad. A pesar de su importancia urbana, el lugar está mal conformado por un cruce vial en desnivel y por distintos edificios de diversa altura y calidad, varios de ellos resultantes de una funesta norma de rasantes antigua. El predio es resultante de la fusión de cinco lotes cuya gestión de compra realizamos nosotros mismos. Es, en su parte mayor, de planta aproximadamente cuadrada, abierto a la calle en tres de sus frentes: a la Av. Apoquindo, al norte; a la calle Cruz del Sur, al poniente; y a la calle Félix de Amesti, al oriente. Dada su ubicación, la torre enfrenta el eje de la Av. Apoquindo, viniendo hacia el oriente, desde un par de kilómetros de distancia, como remate visual del subcentro de oficinas en acelerado desarrollo a lo largo de la avenida.

Dada la alta densidad peatonal y la pobreza de espacio público en el sector, nuestra primera decisión fue despejar todo lo posible el nivel de suelo para liberar el interior del terreno como extensión del espacio público. Esto era factible soterrando gran parte de la superficie comercial del programa y retirando el resto de la placa a los bordes de fondo del terreno, para conformar una esquina de plaza interior accesible en tres de sus frentes. Además, vimos que era posible estructurar la torre de modo que cayera al suelo solamente el fuste con las circulaciones verticales, considerando la proporción de la altura y la base del volumen edificable y el hecho de que estuviera centrado en plantas cuadradas, lo que evitaba torsiones producidas por fuerzas sísmicas en la estructura. Por otra parte, al caer en los subterráneos sólo con este fuste de circulaciones indispensable, se prescinde de otras columnas que comprometan una distribución de los estacionamientos estrictamente ajustada a sus modulaciones. Así se logra en estas plantas un rendimiento óptimo, de 27m2 por estacionamiento.
Ya en proyectos previos de torres de pisos de oficinas, habíamos dado con que lo esencial de este tipo arquitectónico radicaba en el hecho de tener que multiplicar y levantar un suelo, como un loteo servido por una calle vertical; hecho que, primordialmente, se manifiesta como un desafío estructural. En este proyecto esa concepción se lleva a cabo al entroncarse en el núcleo central la vía vertical de circulaciones y servicios, con la estructura soportante de la torre.
La reducción en la base del volumen (a la altura del cuarto piso) es compensada por la ampliación incremental en los pisos superiores a fin de conservar la superficie total edificada. Esto permite:
- Disminuir el área sombreada por la base suspendida de la torre, mejorando la proporción del espacio exterior cubierto.
- Cerrar el ángulo del apuntalamiento diagonal que descarga la estructura perimetral soportante de la serie de losas superpuestas.
- Aumentar la superficie vendible en pisos altos, cuyo precio es mayor.
- Y también, definir la silueta de un hito memorable colocado en el remate axial de la Av. Apoquindo.
Por otra parte, al quedar la estructura portante de los pisos resumida al fuste más la serie de columnas del perímetro externo, las plantas quedan libres de pilares interiores. Los ventanales, de piso a cielo, se colocaron en posición vertical retirados 90 cm. respecto del borde de losas, quedando sombreados por un alero continuo y por la trama de pilares, dejando la estructura manifiesta en el exterior del volumen. Esta disposición tragada de las superficies vidriadas, más la especificación de cristales con serigrafías y reflectividades diferenciadas de acuerdo a las necesidades térmicas y lumínicas de cada tramo de fachada, dio como resultado un ahorro en el consumo de energía de aproximadamente un 25% respecto a edificios de similar categoría de la zona.
El costo de construcción del edificio resultó inferior al estimado inicialmente en relación a edificios de similares características. Digo esto porque creemos que la economía con que un diseño logra sus cometidos demuestra su ingenio y purifica la retórica arquitectónica; en definitiva, que la eficacia con que se ajustan los medios es condición infalible de la belleza.
Las torres son vistas desde abajo. El triunfo de la estructura sobre la gravedad se hace tanto más perceptible y manifiesto cuanto más nos acercamos a la masa levantada, hasta que ésta como totalidad desaparece de nuestro rango visual; y la estimación de las dimensiones cambia con la sensación de peligro, como en el vértigo. La forma trapezoidal de las fachadas, y la retícula distorsionada de columnas extraplomadas que apoyan los cantos perimetrales de las losas, buscan realzar la condición sustancial de la arquitectura en cuanto objeto inmueble, estático: La asimilación mental a un orden ortogonal de esta forma distorsionada induce a un ajuste equívoco de la percepción del aplome, y varía según cambia el punto de vista del observador en su aproximación al edificio. En este proyecto hemos querido conjugar sintéticamente la ponderación gravitatoria de la masa con la condición perspectivada del espacio percibido, ambas determinantes de la experiencia arquitectónica.


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