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sábado, 4 de agosto de 2012

Hotel ME - Dominique Perrault - Barcelona, España

Diseñado para el grupo Habitat en Barcelona y ahora administrado por ME, este hotel integra las dos dimensiones que componen la identidad de la capital catalana: la horizontalidad de su red, legado del Plan Cerdà, que se extiende en todo el camino hasta el mar, y su verticalidad dinámica ejemplificada por la Sagrada Familia y el Monte Tibidabo que se cierne sobre la vista. 


La torre se compone de dos volúmenes pegados: una construcción “cúbica” que actúa como contrapunto y una torre de 120 m de altura, un paralelepípedo rectangular cortado longitudinalmente en dos. Un voladizo, 20 m sobre el nivel calle, marca la entrada: en la avenida Diagonal que sirve como señal de identificación del hotel. La manera en que estas cajas se posan la una sobre la otra es la clave para la distribución de las funciones variadas. Mientras que el volumen en la parte posterior recoge los servicios colectivos del hotel, la torre, amplia pero no profunda, acoge las 259 habitaciones, cada una con una perspectiva clara de los paisajes.

Esta “pantalla enorme que se centra en la ciudad y el paisaje” se corta en paneles opacos de textura distinta que cubren toda la fachada, por lo que cobran vida en el día y la noche. El hotel está compuesto por 259 habitaciones (192 habitaciones supreme, 44 habitaciones superiores, 16 suites, 6 suites grandes, 1 sky suite, 4 habitaciones dobles con acceso para personas discapacitadas), un gimnasio, un restaurante (300 m2), un centro de conferencias (1 150 m2), una piscina de nado y terrazas, un bar, salones, administración y estacionamiento subterráneo. 

Como Barcelona puede ser «leída» como una ciudad horizontal, construida a lo largo de las directrices geométricas del Plan Cerdà, se puede leer también como una ciudad vertical con ejemplos de arquitectura como la “Sagrada Familia”, las torres de la Villa Olímpica y, sobre todo, los suburbios situado en la ladera alrededor de la torre de telecomunicaciones y Tibidao. 

Esta lectura de la naturaleza de Barcelona nos ha llevado a concebir un edificio con una base insertada en la ciudad horizontal, mientras que el cuerpo vertical y la corona se inscriben en la ciudad vertical. 



Esta morfología crea un juego de volúmenes, con un edificio “cúbico” que actúa como un contrapunto detrás, así como con la torre, un paralelepípedo rectangular cortado longitudinalmente en dos, con una de las mitades desplazada hacia el cielo. Esta ruptura de un “bloque geométrico perfecto” crea un movimiento de la forma y el volumen, lo cual le otorga un sentido urbano en el inserción en la ciudad horizontal. El diseño interior y la comodidad del hotel se basa en las generosas vistas de cada habitación, como una pantalla gigante con vistas al paisaje de la ciudad. Esta pantalla está articulada por una serie de pantallas más pequeñas en la forma de aparatos de televisión, que forman un “muro de imágenes”. El resultado es un edificio revestido de una armadura de láminas de aluminio.

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