En una parcela de 20 hectáreas situada en el reciente distrito de negocios de la ciudad para el que están proyectados más de 300 rascacielos dibuja ya su perfil escultórico la nueva sede de la televisión china CCTV.
En sus más de 450.000 metros cuadrados se alberga el espacio necesario para llevar a cabo todas las fases del proceso de producción televisiva y controlar el funcionamiento de los más de 250 nuevos canales de televisión, prueba de la fuerte expansión a la que se ha lanzado la empresa que contaba hasta ahora con tan solo 16.
El edificio, de 234 metros de altura, se divide en cinco secciones: administrativa, comercial, de noticias, de retransmisión y de producción, todas ellas distribuidas a lo largo de un sencillo loop de actividades interconectadas.
Desde una plataforma común de siete plantas más tres enterradas, se elevan dos estructuras inclinadas 6 grados, cada una con un carácter distinto, una está dedicada a la retransmisión y la segunada a servicios, investigación y educación.
Ambas se unen en la planta 36 por un cuerpo en voladizo de nueve a trece pisos donde se sitúa la administración.
Adyacente al edificio se encuentra el Centro Cultural de Televisión (TVCC) que se aloja en sus 116.000 metros cuadrados de programas públicos como teatros, cines, restaurantes y un hotel cinco estrellas.
La tragedia de la tipología del rascacielos es que está llamada a ser un emblema y sin embargo, la mayoría suelen acomodar actividades rutinarias, ceñidas a patrones previsibles en un contenedor de escasa creatividad, reduciéndose ésta a medida que se incrementa la altura. El CCTV y TVCC renuncian a competir en la desespreanzadora carrera por el récord de altura, de éxito efímero, y apuestan por una constelación iconográfica de dos torres que se introducen en el espacio urbano planteando una experiencia tridimensional.
La estructura principal se sitúa en la fachada y está formada por una malla triangulada compuesta por elementos diagonales, horizontales y verticales. Esta se rigidiza cada 2 o 3 plantas con forjados de hormigón. Este sistema se completa en el interior con una trama de pilares.
La estructura está dimensionada para soportar las fuertes cargas sísmicas.
A diferencia de la mayoría de las torres los núcleos de circulaciones no tienen función portante. Las grandes vigas diagonales aparecen dibujadas en la fachada como un bajo relieve grabado sobre los tersos paños de vidrio. Este diseño proporciona un alto grado de abstracción a la piel, que pierde la referencia de escala ya que los rombos varían su tamaño sólo en función de las exigencias del diseño estructural.
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